Movimiento Integral

Es un método de reeducación postural que tiene sus raíces en las teorías de las “cadenas musculares” de F. Mézières y la teoría de “corazas musculares” de W. Reich, el primero en relacionar los desequilibrios psíquico-emocionales con las tensiones musculares.

Trabajamos con todo el cuerpo; desde el apoyo de los pies, la posición de rodillas, pelvis, columna, caja torácica, manos hasta las vísceras, la mandíbula y la musculatura de los ojos.

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¿Qué son las cadenas musculares?

La teoría sobre las cadenas musculares fue descubierta por F. Mézières y desarrollada por sus seguidores (L. Busquets, G. Denys-Struyf).

Dicha teoría nos habla de cómo la musculatura no puede tratarse de manera parcial, puesto que los músculos de nuestro cuerpo están estructurados como una cadena, relacionándose entre sí.  Esto significa que las tensiones y contracturas en un músculo se propagan a todos los músculos de la cadena a la que pertenezca. Por lo tanto, los tratamientos sintomáticos y enfocados a una sola zona están destinados a ser ineficaces.

Lo efectivo es trabajar incidiendo sobre la totalidad de las cadenas, evitando las compensaciones a las que tiende la musculatura cuando se intenta distenderla y flexibilizarla.

¿Cómo saber si Movimiento Integral es para mi?

Movimiento Integral está indicado para todas las personas mayores de 8 años. Te recomendamos las sesiones:

– Si tienes dolor, contracturas, lesiones en cualquier parte del cuerpo.

– Si tienes pies planos, juanetes, bruxismo, hiperlordosis o hipercifosis, columna rectificada, hernias discales y artrosis, por poner algunos ejemplos.

– Si no puedes hacer otro tipo de ejercicio por dolores, lesiones o has perdido movilidad.

– Si sufres de dolor crónico, ansiedad, depresión

– Si estás pasando un duelo o una situación vital complicada.

¿Qué no hacemos en movimiento integral?

No hacemos posturas concretas, ni hiperextensiones.

No competimos, ni forzamos.

La experiencia nos ha enseñado que “menos es más”. A menudo, ejercitarse desde la suavidad puede generar cambios más profundos y duraderos en el cuerpo. 

¿En qué consiste una sesión?
La sesión comienza con una breve charla. Te preguntaremos cómo estás de ánimo y cómo te sientes físicamente.

A partir de ese momento, te propondremos un ejercicio de consciencia corporal para que chequees como está tu cuerpo y, mediante pequeños movimientos, logres relajar el tono de la musculatura y aumentar la movilidad en tus articulaciones.

Con la ayuda de tu propia respiración irás encadenando diferentes gestos que te permitirán estirar todas y cada una de las cadenas musculares.

Finalizamos la sesión con una relajación guiada y te invitamos a que tomes consciencia de los cambios producidos, tanto en tu estado anímico como en las sensaciones corporales.

Las sesiones varían y se construyen según las necesidades y momentos vitales de cada una de las personas que integráis el grupo.

¿Y si hay ejercicios que no puedo hacer?
Nunca te propondremos algo que no puedas hacer. En el trabajo grupal, siempre adaptamos la sesión a cada participante, proponiendo aquellas opciones que se adecuan a tus necesidades. Si no puedes tumbarte en el suelo, por ejemplo, adaptaremos la propuesta para que puedas practicar sentad@ en una silla o bien de pie.
¿Necesitaré muchas sesiones para notar cambios reales?
Notarás cambios tras cada sesión.

Lo más destacable será una sensación de relajación de todo el cuerpo, mayor ligereza y movilidad.

A medida que vayas realizando sesiones, de forma regular y continuada, los cambios en tu cuerpo serán evidentes.

Sentirás mayor bienestar y detectarás cambios en tu postura, en la forma de moverte, de caminar… En definitiva, te descubrirás posicionándote de un modo distinto ante la vida.